En la playa de la Zurriola se vivieron, el pasado lunes, momentos dramáticos. Dos jóvenes surfistas se vieron obligados a refugiarse en las rocas del espigón debido a la mala mar. El refugio fue una trampa. Las olas batían con enorme fuerza en el espigón y los dos chavales corrían serio riesgo de resultar aplastados contra los bloques de granito.

Finalmente, todo terminó bien. Los hechos se produjeron al mediodía y fueron presenciados por centenares de personas que aprovechaban la buena temperatura para pasear o que se habían acercado al centro para ver el cross de Reyes.

Los jóvenes J.M.A y J.L.L. , ambos donostiarras y de 16 años, decidieron aprovechar la espléndida mañana de sol y olas para surfear en la Zurriola. Las previsiones se torcieron. La fuerza de las olas les obligó a parapetarse en las rocas del espigón. Este lugar tampoco resultó seguro. El peligro era evidente, debido a la fuerza con que el mar se estrellaba en las rocas. Los centenares de paseantes que se encontraban en las inmediaciones eran testigos impotentes de que un golpe de mar podía producir una tragedia.

Uno de los chavales se arriesgó a tirarse al agua y a nado, entre imponentes olas, logró llegar a la playa, con un profundo corte en la rodilla, justo cuando llegaban los primeros ertzainas.

El segundo joven tuvo que ser evacuado del espigón gracias a la pericia de dos bomberos. En principio, se intentó el rescate haciendo bajar al chaval por las rocas hacia la playa. Sin embargo, ante el peligro de la operación, se sacó al surfista por el agua, mediante una moto náutica de la Cruz Roja, que lo dejó en la playa de la Zurriola.

Finalizado el rescate, las centenares de personas que vivieron angustiadas el operativo prorrumpieron en una ovación.

Fuente: Diario Vasco